¿Tienes la permanente sensación de que te falta algo? Quizás no sea permanente pero es una sensación que está ahí como un runrún. Hoy queremos que te hagas responsable de esa sensación para que puedas trascenderla y pasar de la insatisfacción a la plenitud.

Queremos quitarte un poco de culpa ya que la mayor parte de tu insatisfacción está alimentada por el sistema en el que vivimos a través de la ignorancia y el miedo. Pero, aunque toda la culpa no sea tuya, la responsabilidad de cambiarlo sí lo es

Y para que empieces ese cambio hoy, compartimos contigo claves para trabajar la insatisfacción y empezar a responsabilizarte de ella:

  • Entender la pirámide de Maslow: si no tienes tus necesidades básicas cubiertas no vas a poder llegar a conseguir la autorrealización que anhelas. Nuestra esencia nos hace estar siempre buscando lo siguiente, pero si integramos que lo importante es jugar, que podemos ganar o perder y que lo hacemos para aportar a la humanidad, esa búsqueda será nutritiva. 
  • Priorizar el propósito al confort: priorizar ser útil a lo que tu corazón te diga. Para entender esto te recomendamos la película “De la ambición al significado”, que reflexiona sobre cómo en torno a la mitad de la vida las personas suelen tener una crisis en la que dejan de ambicionar subir la montaña y disfrutan del propósito y las vistas.
  • Decir adiós a la dopamina: nos hemos hecho adictos a mirar redes sociales, películas o cualquier contenido audiovisual que nos muestra que los demás tienen una vida maravillosa y mejor que la nuestra. La comparación genera frustración cuando no estamos dispuestos a hacer nada para cambiar. La única manera de no frustrarse es comprometerse a hacer lo que sea necesario para conseguirlo. 
  • Cada día es una vida en miniatura: hacer que los días cuenten y dedicarle tiempo a lo esencial. Plantearse cada día tres prioridades en lo personal, lo profesional y lo social. 
  • Lo importante no es lo que logras sino en quién te conviertes: lo importante es lo que eres, no lo que haces. 

Y queremos acabar con esta frase reveladora de Sergio Fernández:

“Un vivo es un muerto de permiso.”

Esperamos que todo esto te sirva para salir de la insatisfacción y tener una vida más plena. Recuerda que la plenitud no es llegar a ningún sitio, es el camino del desarrollo.

Te esperamos en el próximo post. 

¡Gracias por leerlo y compartir

El Equipo de Máster de Desarrollo Personal.

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