Hay una epidemia silenciosa de personas que no se atreven a decir que no ¿Te sientes dentro de ella? Hoy queremos que entiendas que a veces hay que decir que no para decir que sí a uno mismo.
Cada vez que le decimos a otros que sí cuando no es lo que queremos, a quién le estamos diciendo que no en realidad es a nosotros mismos.
Por eso a veces decir que sí es una falta de amor propio y para sentirnos mejor lo disfrazamos de amor hacia los demás.
Hoy queremos que entiendas las razones por las que no sabemos decir que no, para que identifiques la tuya y sepas cómo dejar de hacerlo.
- Supervivencia: el cerebro tiene dos objetivos, sobrevivir y reproducirse, y el primero de ellos es el que nos hace decir que sí. Cada uno de nosotros llevamos en nuestro subconsciente los aprendizajes de nuestros antepasados y estamos programados para formar parte de una tribu o una comunidad. Tu cerebro sabe que cuando dices que no, tu supervivencia está comprometida porque quizás dejas de pertenecer al grupo.
- La energía del grupo: los grupos (familia, amigos, etc.) tienen una energía muy fuerte, salvo que tengamos muy claro lo que queremos, es fácil que nos dejemos llevar por la corriente y acabemos aceptando cosas que no queremos.
- Heridas de separación: que se reabren al decir que no. Quizás hemos crecido en apegos poco seguros, en precariedad emocional y hemos aprendido desde niños a decir que sí para comprar amor.
- No entendemos que no podemos hacer daño a nadie sin su permiso: pensamos que el otro se enfadara o se ofenderá si decimos que no. Pero la realidad es que no puedes hacer daño a nadie sin su permiso. Si a ti honestamente te sale decir que no, no le puedes hacer daño.
- Está socialmente aceptado decir que sí: se considera algo bueno, positivo, y las personas que dicen que no se consideran revolucionarias o prepotentes.
Ahora que ya sabes por qué quizá no sabes decir que no, escucha el final de esta conferencia de Sergio Fernández dónde nos da claves prácticas para aprender a decirlo.
Queremos terminar el post de hoy con esta frase: la verdad protege al que la práctica.
Sabemos que a veces no es fácil, implica tener conversaciones complejas, pero te animamos a que empieces a ponerla en práctica, verás resultados en poco tiempo.
Te esperamos en el próximo post.
¡Gracias por leerlo y compartirlo!
El Equipo de Máster de Desarrollo Personal.
‘¿Qué es lo peor que te puede pasar?’